El objetivo, las fuentes, las partes integrantes
Brainin
desarrolló un sistema original con ayuda del cual los niños aprenden desde
temprana edad a percibir la música como un fenómeno integral. Los elementos
del lenguaje musical se estudian con ayuda del canto, la gesticulación,
montajes visuales y el propio juego en el instrumento. El estudio comienza como
algo muy simple, donde cada niño está en condiciones de cumplir las tareas
impuestas, ya que una particularidad del Método es que los elementos complejos
estén “empacados en envoltura preescolar”: cuentos, trabalenguas,
ilustraciones. No obstante los
elementos estudiados nunca se separan artificialmente del conjunto al que
pertenecen. Se aprenden, por ejemplo, no simplemente “corcheas”,
“negras” y “blancas”, sino sencillas fórmulas melódico-rítmicas,
aquellas que usualmente se encuentran en la música real. Los grados modales se
introducen primero como elementos de canciones infantiles y fragmentos de música
clásica, más tarde se entonan siempre en relación con el tono fundamental de
una u otra tonalidad. Los diferentes acordes se introducen en su más posible
enlace con la tónica (dado que el fundamento de la percepción requiere el
domino de estereotipos) y después en enlaces menos evidentes.
Para
cada una de estas áreas Brainin elaboró recursos y métodos originales, cuya
efectividad fue demostrada por él y sus alumnos en más de 30 años de
experiencia pedagógica. Un principio incólume es el empleo de una amplísima
literatura musical que incluye fragmentos de obras de Mozart, Chaikovsky, Bizet,
Sibelius.
Entre
las fuentes utilizadas y aplicadas en el desarrollo del sistema, el autor
menciona trabajos de L. Mazel, F. Ogolóvets, Y. Jolópov, Guido d’Arezzo, Z.
Koday, K. Orff, A. Hundoegger, así como literatura especializada en semiótica,
cibernética, teoría de la información, psicología infantil e incluso
administración de empresas. Algunas ideas sustanciales surgieron inspiradas por
la novela de Hermann Hesse “Juego de Abalorios”.
El
sistema de Brainin está dirigido básicamente al trabajo con niños a partir de
los cuatro años, pero se puede utilizar también con adultos. El autor no
establece diferencia entre la educación profesional y aficionada porque en
ambos casos se resuelva una misma tarea – la educación de la percepción
musical. Brainin ve la diferencia entre el profesional (“experto escucha”
según la terminología de T. Adorno) y el melómano (“buen escucha” según
Adorno) simplemente en la concienciación y nivel de dominio de los elementos
del razonamiento musical, donde el profesional debe llegar más lejos.
Si bien en el dominio del instrumento el futuro “artista” debe
aventajar muy pronto a aquellos que
serán simplemente aficionados, en las disciplinas auxiliares, al menos al
comienzo, la diferencia de nivel no debe ser muy sustancial.
La
principal atención se presta a los siguientes aspectos:
1.
Desarrollo del oído musical absoluto, pseudoabsoluto y relativo: melódico, armónico
y polifónico.
2.
Desarrollo de la percepción rítmica fina orientada en primer término a una rítmica
de acentos no temporizada.
3.
En consecuencia desarrollo de la percepción musical en general, desarrollo de
la memoria musical y una comprensión profunda de la música clásica, además
del desarrollo de habilidades que lleven a la composición individual de música.
Todo
este programa se basa en un tratamiento especial del razonamiento musical y de
las posibilidades de su desarrollo.
[sigue]
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